LA NATURALEZA
Un
maestro que vio cómo un alacrán se estaba ahogando, decidió sacarlo
del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán lo picó. Por la reacción al dolor, el
maestro lo soltó, y el animal cayó al agua y de nuevo estaba ahogándose. El
maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el alacrán lo picó.
Alguien que
había observado todo, se acercó al maestro y le dijo: "Perdone, ¡pero
usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacarlo del agua lo
picará?". El maestro respondió: "La naturaleza del alacrán es picar,
y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar". Y entonces, ayudándose de
una hoja el maestro sacó al animalito del agua y le salvó la vida.
Romanos 12: 17 al 21.
Vr 17. No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres.
Vr 18. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.
Vr 19. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
Vr 20. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza.
Vr 21. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
ANALICEMOS:
El centro de nuestra vida cristiana es el AMOR, es la base que Dios nos dio
para conducirnos en esta tierra, y fue establecida por Jesús en los dos
mandamientos, que representan mi relación con Dios y con mi prójimo.
Si amamos a alguien de la misma manera que Dios nos ama estaríamos dispuestos
a perdonar, procurar lo bueno, a entregar a nuestro prójimo lo mejor de
nosotros aunque no hayamos recibido lo mejor de ellos.
Cuando nuestra relación con Dios es constante y verdadera y hemos experimentado
su gracia, anhelaríamos que otros también la disfruten.
Nuestra naturaleza pecaminosa siempre nos va inclinar a devolver el
mal que nos hicieron, pero mi relación con Dios me va a inclinar a entregar del
amor que El me da.
Romanos 5:8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo
aún pecadores, Cristo murió por nosotros.
Dios no estaba interesado en pagarle
al hombre lo que el hombre le hizo, Dios estaba interesado en brindarle su Amor
y misericordia entregándole la salvación. A través de Jesucristo.
Romanos 12:19. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la
ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor.
La venganza: consiste en
forzar a quien que haya hecho algo malo en sufrir el mismo dolor que él sufrió.
Es un acto que, en la mayoría de los casos, causa placer a quien la efectúa,
debido al sentimiento de rencor que ocasiona el antecedente factor.
REFLEXIONEMOS:
La gracia es un favor INMERECIDO. Cuando
damos de beber a un enemigo o alguien que nos ha hecho mal, no excusamos sus
errores. Los reconocemos, los perdonamos y amamos a la persona a pesar de sus
errores, tal como Cristo lo hizo con nosotros.
Vr 20. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere
sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su
cabeza.
Vr
21. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
CONCLUSIÓN:
Devolver mal por mal nos hiere tanto a nosotros como a los enemigos. Aunque
su enemigo nunca se arrepienta, al perdonarlo usted se sentirá libre al gran
peso de amargura.
El perdón incluye tanto actitudes como acción. Si considera difícil que
la persona que lo hirió pida perdón, procure responder con acciones bondadosas.
Esta acción puede lograr que su enemigo se avergüence y cambie su conducta y si
no lo hace igual usted no será afectado por que ya lo PERDONÓ.
Continúe dándole lugar a su Espíritu, y a la Naturaleza con la cual
Dios te creó.